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Inmortal.

Podría renacer cual fénix durante los quince minutos que dura una ducha caliente con caída de lluvia. Es como si el agua se llevara consigo todo, como si fuese todo tu cuerpo el que llora y lo dejara todo ir. Pero me vuelvo mortal nada más mirar el espejo, y ver en mi cara la tuya.

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La huída.

Me fui porque sabía que te iba a dar igual si salía corriendo. Hay un momento en el que se tiene que huir sólo para saber si alguien te agarrará del brazo. No nos hemos vuelto a ver, pero sigo esperando...

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42.

Tengo un problema, enorme: y es que te echo de menos, bastante. Algo muy común si no fuera porque es demasiado tarde. Nunca he sido buena jugando a arriesgar, porque nunca gano ni a apuesta segura. Y ahora, sin haber apostado, se que he perdido mucho. No es una buena cualidad la de ser cobarde.

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