Tic-tac.
Masturbame el cerebro.
También se a ciencia cierta, probado de la forma más empírica, que si alguien me llama la atención (
Hasta aquí todo bien, ¿no?. El problema surge cuando su cerebro enamora al mío. Y yo ya me imagino un baile de indolaminérgicas entrelazando sus neuritas. Y entonces ya no quiero que eso pase una vez, sino miles. Esto también tiene un 85% de probabilidad.
Así que me es imposible pasar una noche con algún cerebro sin tener en cuenta esa probabilidad. De ahí el por qué de la coraza. Y de lo poco que follo, claro.
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